sábado, 24 de octubre de 2015

el "hatero"

Pues resulta que no era "hatero", sino "hatera" ya que, puntualizando con el tío Carlos, me indicó que, en un principio era  "La Chispa" quien se iba a hacer cargo de nuestras haterías. El problema que tenía esta mujer -de la que me hubiera gustado tener alguna foto-, era que no sabía leer ni escribir y, entonces, se hacía acompañar por su hijo, quien, al parecer, si dominaba estas 'destrezas'...
El "hatero" es el que maneja la "hateria" de los pastores y, cuando buscas este término en el DRAE, sale es que la provisión de víveres que se escogen, para unos días, a los pastores que están en el campo.
Yo sé que el "hatero", nunca me fijé en que fuera una mujer, era un señor, joven, que venía hasta la "Fuente de las Tablas", con uno o dos mulos y, en ellos, unos serones grandes.
Llegaba a la casa y, en el "Quinto Pino", debajo de uno de los árboles, comenzaba a descargar lo que los llenaba.
Allí, mi padre, sentado en una mesa, que creo recordar era de las "de tijera", comprobaba, lista en mano, si lo que descargaba se correspondía con lo encargado. A su alrededor, familia o familia y media, recibiendo los hatos.
Una vez acabada la tarea de descarga se apuntaba el nuevo dossier alimenticio: 3 kg de garbanzos,... para nuestra casa, 2 kg para casa del Tío Carlos Mattínez Piña. 1 botella de alcohol, para el botiquín general, 15 hogazas de pan "de agua" para la casa de arriba, etc.etc.
Era entretenido, papá acababa la lista, la entregaba al "hatero" y éste partía en dirección al "Cortijo de Arriba", por el que pasaba, iba por el sendero hacia el "peñón de la despedida" y, bajando por un sendero que llevaba al "Cortijo de Abajo", tiraba hacia Siles por su camino correspondiente.
A los dos o tres días se volvía a repetir el proceso. Y, claro, este era más que importante. De éste supermercado ambulante nos proveíamos de lo más perecedero.
Unos años más tarde, estando con mi familia pasando unos días con una caravana, en un rincón de "La Navilla". bajábamos a Siles, a la plaza, a comprar carne o cosas de primera necesidad. Nos habíamos juntado una buena pandilla: cuatro matrimonios y un puñado de chiquillos. No teníamos ninguna fuente, con lo que el agua, era un problema.
No había tal, sino una incomodidad propia de una aventurilla. Cogíamos el Simca 1200 que teníamos entonces, Lleno de bidones de plástico, era llevado hasta las cercanías de la "Fuente Fresca". Cargábamos y, de vuelta.
Mirando el coche, al que tratábamos como una mula, me acordaba del "hatero". ¿Cómo hubiéramos podido estar allí esos días sin coches?. ¿Con una recua de mulos?. ¿Con un personal 'de servicio' que se encargaran de la manutención?. ¡Cómo habían avanzado las cosas!.

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