jueves, 5 de febrero de 2015

el Viaje épico a Ceuta

Gr 8706 B

Historia de un viaje épico: Granada-Ceuta, sin embrague, sin bateria, sin poder parar...


Pues resulta que, hace muchos años, se compró un coche como el de la imagen. Estaba dedicado al uso de la Cantera y, con él, el primo Pepe Martín hizo multitud de viajes.
Por alguna razón, normal en los coches, se averió y, también, por las circunstancias que fueran, se apartó en el almacén.
Cuando a Alicia la destinaron a Motril nos encontramos con que el viaje diario, de ida y vuelta, con el Dyane, era fatigante, Rafa estaba sin coche para ir a Atarfe, y, por tanto, había que comprar un segundo vehículo. Resultado, se coge un camioncito no muy grande, se pone -con algo de ingenio-, el coche encima... y se lleva a Loja para que nuestros amiguísimos lo arreglaran.
Se le puso un motor de segunda mano, más tarde, Rafa buscó en un desguace unas aletas que estuvieran menos arrugadas que las de origen -aunque fueran de otro color- y, mucho más tarde, se pintó con un color azul parecido al original.
Se estuvo usando en multitud de ocasiones en Motril. Con él fuimos a las Anchuricas y éste será objeto de otro relato.
Ahora vamos a los principios del curso 84-85. Estamos destinados en Marruecos y, aprovechando nuestras relaciones con Mustafa, empezamos a encargar la restauración de muebles y enseres domésticos.
En un fin de semana normal en el que habíamos venido a Granada, cargamos en la "baca", dos enormes baúles. Salimos de viaje, normal, al principio de la tarde, con ánimo de llegar a un "ferry" de principio de la noche y... a Tetuán, a dormir.
Cuando vamos llegando a Málaga nos vamos encontrando con que el embrague empieza a fallar. No recuerdo que patinara, pero el mando del pedal no actuaba sobre el mecanismo y, cambiar de marcha era algo problemático.
Llegados a Málaga decidimos pernoctar allí. Vamos a casa de Antonio y Mely, quienes tenian un aparcamiento más o menos cerrado en la parte posterior y, temprano, el lunes siguiente, salimos hacia Algeciras-Tetuán.
Hay un problema nuevo: la bateria arranca suficientemente bien el motor... en vacío. Es decir, que, si trato de arrancar con la marcha puesta... aquello no se mueve.
¿Qué hacer?. Pues, como tantas veces, seguir. Es decir, partimos. El "truco", arrancar el motor en vacío, empujar al coche para que se empiece a mover y, en ese momento, forzar -algunas veces con un ruido peor de lo normal- a que entre la primera marcha. Después, se cambia sin embrague, se va despacio, se calcula de lejos el cómo llegar a un semáforo de forma que, retrocediendo a primera, -despacio, claro- no haya que frenar. Se vuelve a acelerar y... así, hasta el siguiente obstáculo.
La carretera de entonces hacia Algeciras desde Málaga, ya tenía cuatro carriles, se circulaba fluidamente y no hubo muchos problemas... hasta Estepona.
Concretamente allí, en la calle principal, se nos cierra un semáforo ante nuestras narices. En vez de parar, engrano la primera marcha, saco medio cuerpo por la ventana y, de la forma más diplomática posible, dirigiéndome a los peatones, les pido permiso para pasar: "Señores, no tengo embrague y me resulta muy difícil parar  y volver a arrancar"....
La gente se portó de manera magistral. Llegaron a convencer al guarda que acudió a atajar mi desaguisado de que no hiciera nada contra mí.
Y así y así.. hasta la puerta del barco. Finura de maniobras, aviso a los que me rodean y pidiendo favores a unos y otros meto el coche en la bodega, en un extremo del garage. Paro el motor y, a esperar travesia.
Llegados a Ceuta tengo que esperar a que salgan todos los coches de la bodega. Arranco, aprovechando la cuesta de la misma bodega y, vuelta a empezar.
Llegados a la barriada de "Juan XXIII" ya no puedo más, no es cuestión de atravesar la frontera, meter allí un follón inenarrable. Hay un taller, apunto a él y... ¡ya está bien!, calo el coche.
Allí se quedó hasta que lo arreglaron.