lunes, 26 de octubre de 2020

La "Era del Boquerón"

 Un lugar de excursiones repetidas, quizá por la cercanía y pintoresco del sitio, era la "era del boquerón". Nombre raro y extraño en un lugar en el que el agua era un regalo de los dioses.

¿Cómo podía llamarse así?.
Pues era su nombre.
Resulta que nuestra Wikipedia particular, reserva intelectiva de la familia Martínez, autónoma y sin necesidad de recargarse, podía contestar a cualquieer pregunta y esta era una de ellas.
Cualquier cuñado. A ver, Nicolás, ¿cómo puede llamarse a 'esto' (estábamos en el pedregal que lo conformaba) '...del boquerón.
Y mi padre, incansable, contaba que toda esta zona de nuestro paisaje había estado en algún momento por deb
ajo del mar y que una serie de movimientos -supongo que tectónicos y no políticos- lo habían elevado hasta el nivel en el que nos encontrábamos.
Entonces, alguno de los presentes inquiría...¿y se podrían encontrar aquí algún resto marino?. Respuesta: positiva, claro.
Pues ¡nos poníamos los chiquillos a buscar boquerones!.
Claro como había piedras de todos los gustos, tamaños y formas era, más que probable, seguro, que salía una piedrita larga, tostada por el musgo que la recubriera, vamos, un boquerón.
¡Confirmada la afirmación del progenitor!.
Bajaba uno de allí con el cacho de aprendizaje conseguido. 'Eso' había estado debajo del mar y la prueba de que había sido así, yo la llevaba en el bolsillo..