sábado, 19 de diciembre de 2015

Las CONCHAS DE PINO

Se hace arte, o técnica, con las manos.
Se aprovecha que alguien ha ido al monte y ha traído una concha de pino. De esas que parecen corcho, láminas rojas que llegan a tener un grosor de varios centímetros. El largo, lo que haya dado ocasión la suerte. 
En cualquier caso es una posibilidad de empezar a hacer algo y llevarlo a buen fin.
¿El qué saldrá de ahí?. Pues, lo que se decía: "si sale con Barba, San Antón, si no, la Purísima Concepción".
Los mayores se hacían ceniceros. Resulta curioso cómo los habitantes de las sierras son especialmente cuidadosos con los fuegos. Yo creo que, en el paraíso, vivimos todos con una sombra tremenda sobre nuestras cabezas. No era la "espada de Damocles", era el "espadón del fuego"y, además, con el miedo de que, si se declaraba, no sabríamos hacia dónde huir.
Por eso, los fumadores cogían una concha de pino, la tallaban en forma de cenicero y, en él, se iba echando la ceniza. Al final, recuerdo cómo se apagaban los cigarros, parecía que querían desintegrarlos.... el cigarro contra el cenicero, aplastándolos con una piedra, mirando, después de hacerlo, durante unos momentos. ¡No podía salir humo, ninguno!. Si había duda, se aplastaba otra vez... y así así, nos fuimos escapando del peligro.
Pero, como yo nunca fumé, ni concebí esperanzas de hacerlo, las conchas de pino eran.... para hacer barcos. Bueno, barquitos y, de qué tipo salieran, lo haría la suerte más que la habilidad de las manos.

Nótese que, las herramientas que podíamos utilizar los niños, eran bastante someras. El tío Félix nos dejaba una 'escofina' y, allí al lado, bajo su supervisión. O sea, que todo consistía en limar y limar hasta llegar a la forma deseada.

Empecemos: esto es una cocha de pino:

En este caso, forma parte del corte que sirvió para orientar la caída del pino y del que ya hablé en otro relato.

Ha de despegarse de la madera, con un formón es suficiente.
Y, a partir de ahí, empezar a darle con la escofina para quitar la madera que le "sobra" al casco.

Había que tratar de conseguir una figura alargada, con una parte más fina que haría de "proa" y otra más gruesa, de "popa".

El resto, saldría lo que se pudiera sacar. Es decir, no podía uno esperar que le "saliera" un petrolero, barca de remos, crucero del caribe o cualquier otro tipo. Era cuestión de limar, mirar, limar, mirar, ir por el otro lado, volver a mirar, tratar de hacerlo simétrico, mirar....

Claro, en casa, no lo he hecho ahora con la escofina, he utilizado sierra eléctrica para no cansarme...y, así, al cabo de un rato, me ha salido.... esto:


Que, a lo más que puede parecerse es... muy lejanamente, a un "Junco chino"... o sea, que ahora habría que seguir haciéndolo parecer. Pues nada, más lima (bueno, un 'marranillo' con hoja de lija de madera....).



y, al final, el formón, que en nuestros tiempos no nos lo dejaban usar  (buscábamos una navajilla, pequeña, con mucho cuidado y con algún que otro corte...).
Hacíamos la bañera:




Y, a partir de ahí, a adornarlo... ¡Tenía que parecer un barco!. A éste, le he puesto dos chimeneas... ya no es un Junco....es.... un barquito de concha de pino. ¡Y ya está!.







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