domingo, 5 de noviembre de 2017

Tío Carlos, futbolero

Para medio homenajear al tío Carlos cuento aquí algo sobre sus habilidades futbolísticas.
Resulta que en el paraíso había un campo de fútbol. También le llamábamos "del heno" porque le atribuimos ese nombre a la hierba que en él había. 


Aprovecho mi plano de la sierra para indicar que el campo citado es el calvero que se ve en la zona 8,5 / g-h, que, en el año que se sacó la foto 1956, era bastante pequeño. 


Cuando se convocaba un partido, el tío Carlos aprovechaba para ponerse la sotana porque descubrió la ventaja que ella le suponía a la hora de regatear. Ocultaba la pelota debajo y así evadía las entradas que le hacía el tío Rafa.



Al cabo de varias intentonas nuestro tío futbolista por antonomasia y que llegó a jugar en el "juventud" de Linares, se cansaba de la artimaña del cura. Se cabreaba, levantaba la voz y, al final, si aquello no se remediaba, abandonaba el campo de juego. Que, ¿qué decía?. Lo normal. "así no se juega".
Y no me cabe duda de que llevaba razón. ¡Si no se veía la pelota!.




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