Si señor, la cosa no paraba y aquí llega la segunda niña de la casa. Cuatro para compartir tantos momentos de juegos y de batallas. La cosa se ponía sencilla, en un año pasabas del moisés a la cuna, abandonabas el cuarto de los padres y te instalabas junto con la otra parte de la tropa en el cuarto de los "mayores", ¡qué pronto te hacías grande!
miércoles, 29 de abril de 2009
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